martes, 11 de noviembre de 2008

Visión

Hola,

A veces pienso que cada paso que doy es un paso hacia algo que ya está escrito. Es como si, en algún lugar de mi interior tuviera un plano de un lugar diseñado especialmente para mi y que, conscientemente, no conozco. Y así cada paso, cada acto que cometo en ésta vida, formara parte de los cimientos, las vigas y los ladrillos de ese lugar que será mío en una vida futura. Y no hablo de otras vidas, de reencarnaciones… hablo de ésta que hoy avanza y que tiene un pasado conocido por mi.

A veces todo encaja. Veo la conexión entre cosas que hoy parecen sin importancia y ese plano perdido en mi interior, incluso veo el plano y la obra que finalmente será.

Ya… ya sé que es complicado entenderme. Nunca dije que fuera simple, ni sencilla. No lo soy. Pero algún día, quizá bajo las sábanas o sentados en el borde del abismo, te contaré el por qué de mis palabras.

Hoy he tenido una visión… y allí estabas tú… y allí estaba yo.



Un beso.

martes, 28 de octubre de 2008

Viento

Hola,

A veces estoy ausente, lo se… pero sigo aquí. Aunque no te escriba, aunque no te hable, pienso en ti, puedes estar seguro. Lo hago desde siempre y lo haré aun cuando no esté aquí.

Si ves que no me sientes… búscame en el viento, escúchale... siéntele…



Un beso.

sábado, 18 de octubre de 2008

Espiral

Hola,

Sabes? A veces pienso que es imposible que vuelva a querer. Una vez quise, mucho, hasta estar a punto de perder la cabeza. Quise hasta dolerme, enfermizamente, hasta dejar de ser yo… Y cuando miro atrás y recuerdo aquello, pienso que es imposible volver a ese estado. Es más, no quiero volver a estar así… pienso que aquello no era amor… me convertí en una mente enferma que no veía más allá de lo que tenía delante, me aferré a una quimera que no era real y no quería soltarme. Y de pronto la quimera voló, se esfumó en el tiempo y el espacio… y la perdí, y me quedé sola, queriendo no estarlo. Me dolió tanto como me había dolido querer. ¿El querer duele? Si, supongo que si… Pero mientras me dolía la ausencia me dí cuenta que había sufrido más queriendo que en el adiós. ¿Y cómo era eso posible? ¿Cómo es posible que el amor duela más que la ausencia de él?

Desde entonces no soy la misma… he cambiado y, reconozco que en el fondo, he perdido un ápice de esperanza en encontrarte a ti… porque una vez pensé que tu eras él, y que él eras tu… a pesar de hacerme daño. ¿Eres él? No lo se… ¿Lo sabré?

Todo es una espiral y yo estoy en el vórtice.

Un beso.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Atardecer

Hola,

Últimamente mis días están cambiando… ¿Recuerdas que hace poco te conté que me habían pasado cosas, buenas, y que habían surgido nuevos escalones en la escalera? Bueno, pues estoy adaptándome al nuevo camino… y es un tramo de escalera un poquito más complicado que los anteriores, y me está costando tiempo y esfuerzo adaptarme al nuevo paso.

Ando un poco más atareada que antes, con más cosas que hacer, con más responsabilidades… y con más estrés. Pero no me estoy quejando – no me gusta hacerlo - sino que, muy al contrario, me gusta, aunque me deje agotada a la caída del sol. Me siento más activa, más segura de mi misma, más profesional… me siento grande. Hace poco me sentía pequeña, ¿recuerdas? Ahora, a veces, soy un gigante.

Pero cuando llega la tarde, como hoy, estoy agotada y me cuesta bajar el ritmo frenético de la mañana y relajarme. En días como hoy me encantaría llegar a casa y llamarte…”¿Damos un paseo?”, y que me dijeras que si… y salir a pasear, sin prisa, por los senderos del campo, que ahora está precioso bañado de otoño. ¿Y sabes qué? Me encantaría ver el atardecer contigo… me gustan mucho los atardeceres, tan rojos, tan naranjas, tan morados… ver como poco a poco se apaga el sol y se enciende la luna. ¿Viste hoy la luna? Yo la vi esta mañana, cuando salí de casa temprano. Estaba enorme, y muy muy brillante. ¿Y sabes qué? Me guiñó un ojo… nos estamos haciendo amigas. También quiero verla contigo a mi lado.

Se me ocurre una idea… mañana, al atardecer, voy a salir a pasear, contigo en mi mente. Y voy a lanzar un beso al aire, y así, si lo coge el sol, te lo dará en la mañana, y si lo coge la luna, lo tendrás esa misma noche. Acuérdate de cogerlo… no pueden quedárselo. Es para ti.

Un beso.

martes, 14 de octubre de 2008

Hallelujah

Hola,

Alguien me dijo una vez algo así como que cuando la escuchara por primera vez tal vez no me iba a gustar, pero que, con el tiempo, seguramente la sentiría especial. No hizo falta escucharla dos veces para que me hechizara... y cuanto más la escucho, más me gusta.

Te hablo de una canción. Hallelujah. Quiero regalártela... quiero abrazarte, tumbados, con los ojos cerrados... y escucharla, en silencio. No preguntes, no hables... sólo abrázame, y escucha.

Un beso,

domingo, 12 de octubre de 2008

Correr

Hola,

Llevo dos días corriendo… si, salgo a correr, a despejarme, a ponerme un poco en forma, que falta me hacía. Antes nunca entendía por qué la gente corría. Yo corría si tenía prisa, si me perseguían, siempre por alguna razón, pero nunca correr por correr. ¿Y sabes una cosa? Me gusta. Corres y sólo oyes tus pasos, tu respiración agitada… sientes cansancio al principio y después, adrenalina. Y cuando terminas te sientes plena, satisfecha y bien contigo misma.

Te vas a reír, pero me recuerda al sexo… que empieza – a veces – suave, pausado, poquito a poco… y escuchas tu respiración, la de la otra persona… cada vez más agitados. Se te acelera el pulso, y el ritmo… te invade la adrenalina y cuando terminas te sientes plena, satisfecha… feliz.

Me gusta, y creo que voy a salir a correr todos los días. Todos.

Un beso.

sábado, 11 de octubre de 2008

Miradas

Hola,

Me encantan las miradas, ¿no te lo he dicho? Creo que un día te conté que me gustaban los ojos de los ancianos, si, es cierto. Pero me gustan todas, observarlas. Camino por la calle y busco miradas, todas, da igual de quién.

Ayer caminaba por una calle empedrada de una ciudad llena de historia, bajo unos soportales. Una marea de gente paseaba, como yo, en uno u otro sentido, con o sin rumbo fijo… charlaban, reían o tan sólo caminaban. Y allí estaba yo, buscando miradas entre la gente, buscando tu mirada.

La gente no mantiene la mirada cuando se cruza con la tuya… La dejan fija unos instantes y, cuando tus ojos se fijan en los suyos, la bajan. ¿Nos protegemos? Quizá los ojos son la puerta del alma y se pueda ver a través de ellos… y no queremos que todos nos vean, ¿no es cierto?

Yo quiero mirarte… y que me mires a los ojos.

Un beso.
 
Free counter and web stats